lunes, 24 de noviembre de 2014

Universos paralelos

A menudo acostumbro a vagar por la montaña, cargo mi pequeña mochila con agua y algo de comida; bueno, si a los frutos secos, las galletas de chocolate y demás comida embolsada se los puede considerar realmente así. Vivir en un frondoso valle rodeado de altas cumbres, algunas de las cuales están perennemente nevadas, te curte. Otros preferirían seguramente vivir en la comodidad de una ciudad, con sus grandes comercios, sus cines, sus ...
«-Bah! no cambio esto por nada del mundo. Soy un chico de campo, estoy forjado en esta tierra que aunque hermosa no es nada amable, aquí he nacido y seguramente aquí moriré.»
A menudo me pierdo por el Bosque del norte, un lugar mágico, dicen, un bosque más para mi; aunque es un lugar que tiene algo. Soy un alma solitaria, mis amigos se cuentan con los dedos de las manos, y aun así me sobran dedos. De pequeño no me gustaba jugar al balón con el resto de niños, prefería montarme mis propias aventuras de caballeros, dragones y princesas en apuros «infeliz de ti que creías en princesas.» 
En el valle aun resuenan ecos de antiguas leyendas que hablan de cosas extraordinarias que ocurren en el Bosque del norte, pero los tiempos cambian, incluso para esos fenómenos. Para que ocurran hay que creer en ellos, y hoy en día ya nadie cree más que en lo que sale por la tele.
Se hace tarde, llevo toda la mañana vagando, y una vez más tengo la sensación de que alguien se siente como yo en algún sitio. Es una sensación extraña que solo siento cuando me adentro en los hayedos de esta parte del Bosque. El otoño avanza y los distintos tonos de marrón lo dominan todo. Por suerte, yo no veo la tele.

Otra aventura de tantas

Un día soleado, creo que el único después de estar viviendo aquí más de una semana. Para que se os quede claro, no es que sea negativa ni nada, simplemente, odio que mis padres constantemente en su trabajo , le estén destinando a diferentes lugares.
Al principio me parecía una buena idea, ya que me encanta viajar y conocer sitios nuevos. Nuevas tradiciones, comidas, cultura...
¿Lo malo? Bueno digamos que cuando intento afianzarme esos meses o llegar al año, puesto que no he podido presenciar más tiempo en un mismo lugar, al final, todos aquellos amigos/as que hubiera podido hacer, se quedan en el olvido. Y bueno, esta bien que pase una vez y una segunda vez, incluso una tercera, pero 11 años de mi vida así, al final una, acaba con la esperanza de hacer amigos, y se encierra en una misma. 
Mi ciudad ahora es Nepulam. No he podido conocer mucho de ella, supongo que prefiero quedarme en casa terminando de decidirme en que colegio me puedo instalar, y terminar de escribir mis quejas diarias, con el paso del tiempo, me relajo haciéndolo.  Creo que es el único lugar donde puedes poner todos tus recuerdos, sin que se fuguen.
Bueno, creo que estaría bien uno público, según dicen cada uno va a su aire. Pero eso significaría ir en contra de lo que piensa mi padre. 
"Elisa , somos una familia adinerada gracias a Dios, por lo tanto mereces estar en un colegio respetable y que haga honor a nuestra reputación".
Ahora que lo pienso, estoy bastante cohibida, esto de seguir teniendo 17 es una ruina en todos los aspectos. Pero como dije no soy negativa, soy realista ante los hechos. ¿Cambiará?

- !Elisa, el  desayuno esta listo!
- !Voy ahora mismo!